Este abril de 2018 es el 5º aniversario del colapso de varias fábricas textiles situadas en un edificio de Savar, un distrito de Daca, capital de Bangladesh, llamado Rana Plaza. Allí trabajaban unas 3.000 personas, al menos 1.127 de ellas murieron y más de 2.000 resultaron heridas. Éste trágico y evitable accidente puso en evidencia un problema, del que todavía hoy, no somos muy conscientes cuando compramos ropa.
Estas fábricas, donde los empleados hacen agotadoras jornadas de trabajo por miserables salarios, están ahí porque, entre otras razones, hay demanda, porque nosotros los consumidores, lo permitimos.
Gracias a organizaciones como SETEM con la “Campaña Ropa Limpia” y a movimientos como Fashion Revolution Day además de muchas iniciativas y marcas locales, han visibilizado el problema y conseguido que cada vez más consumidores se decidan por compras responsables. Pero todavía somos pocos los que estamos dispuestos a pagar más y a mirar la etiqueta de una camiseta antes de comprarla, para realmente conocer el coste de la prenda, no solo económico, sino social y medio ambiental.
Sabemos que la industria del Fast Fashion, que tiene un valor de $3 trillones de dólares, fue declarada el pasado 16 de abril, como “una emergencia ambiental” por un Panel de Alto Nivel de las Naciones Unidas titulado “La moda y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: ¿qué función tiene la ONU?»
La advertencia de la ONU viene al mismo tiempo que un informe conjunto de Quantis y La Fundación Climate Works, titulado “Midiendo la Moda” (Inglés), que encontró que, “combinado las industrias mundiales de indumentaria y calzado representan el 8 por ciento de emisiones del gas de efecto invernadero del mundo, casi tanto como el impacto total de carbono de la UE”.
En el blog de moda sostenible de Bichobichejo, os hablábamos el pasado enero sobre ¿qué significan los objetivos de desarrollo sostenible para la moda: fabricantes, diseñadores, vendedores y consumidores?

Pero vayamos al lado práctico y si realmente queremos que cambien las cosas, tenemos que saber reconocer las etiquetas de la ropa que compramos, para estar seguros de que cumplen los requisitos que son coherentes con nuestros valores y nos importan.

Es más fácil reconocer los productos de alimentación eco, ya que hay una norma oficial europea y un sello común para toda la UE.
Para los productos textiles ecológicos, todavía no hay reglamentos oficiales y además los distintos sellos existentes regulan diferentes aspectos, pero vamos a intentar arrojar un poco de luz al asunto.

Las certificaciones.

Existen 2 tipos de normas, las que certifican las materias primas de origen vegetal o animal como el algodón, lana, cáñamo, entre otros, y que se certifican bajo el reglamento de la UE, la misma norma de los alimentos ecológicos.
La otra norma, tiene que ver con los productos que se fabrican con esas materias primas y que siguen criterios sostenibles de elaboración, como las sustancias que se usan en la fabricación, los tintes, la trazabilidad del producto, el empaquetado, transporte, la política medioambiental y la política laboral.

La principal norma en el mundo para la certificación textil ecológica actualmente es GOTS (Global Organic Textile Standard)

Norma internacional creada por miembros de la industria textil y por otras organizaciones, que cuenta con la colaboración de IFOAM (Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Ecológica) para acordar criterios armonizados que se pudieran aplicar a nivel mundial.
Descripción de la norma GOTS:
La norma comprende el procesamiento, fabricación, empaque, etiquetado, comercialización y distribución de productos textiles.
“Sólo aquellos productos textiles que contengan un mínimo de 70% de fibra orgánica pueden certificarse GOTS. Todos los insumos químicos, tales como colorantes y auxiliares, deben cumplir claros requisitos ambientales y toxicológicos. La elección de accesorios también debe estar acorde a aspectos ecológicos. Es imprescindible contar con una planta de tratamiento de efluentes en áreas de procesamiento húmedo y todos los procesadores deben cumplir con criterios sociales mínimos.”.
Un producto textil con etiqueta GOTs grado «orgánico» debe contener como mínimo un 95% de fibras orgánicas certificadas mientras que aquellos con la etiqueta «hecho con material orgánico» deben contener no menos de 70% de fibras orgánicas certificadas.

 

Otra norma de aplicación mundial es Textil Exchange, de Estados Unidos, muchas de las grandes marcas son colaboradores de alguno de sus estándares.

Textile Exchange – Organic Content Standard.

El Estándar de Contenido Orgánico (OCS) se basa en la verificación, hecha por un tercero, para verificar que un producto final contiene la cantidad exacta de un determinado material cultivado orgánicamente. No aborda el uso de productos químicos o cualquier aspecto social o ambiental de la producción más allá de la integridad del material orgánico. El OCS utiliza los requisitos de cadena de custodia del Estándar de reclamo de contenido (CCS).

NATURTEXTIL IVN certified BEST. Alemania. Es un estándar del IVN (International Association of Natural Textile Industry). Cubre todos los aspectos de la producción textil en cuanto al cumplimiento de criterios ecológicos y también aspectos sociales. Se considera la norma más estricta que existe actualmente para la certificación textil ecológica pues exige que el 100% de las fibras utilizadas sean ecológicas certificadas y también es más restrictiva que ninguna otra en cuanto a las sustancias para la fabricación que se prohíben o restringen.

 

Normas que no regulan el uso de fibras ecológicas.

OEKO-TEX® Standard. Desarrollada por la Asociación OEKO-TEX®, grupo de investigación y laboratorios de Europa y Japón, y aplicada en todo el mundo. Se centra en la limitación de ciertas sustancias nocivas durante la fabricación y en la verificación de que estas limitaciones se cumplen.

La  OEKO-TEX® Association, ha desarrollado tres normas diferentes.

OEKO-TEX® Standard 100

Textiles químicamente seguros.

STeP by OEKO-TEX® .

Producción textil sostenible.

 

Made in Grenn by OEKO-TEX®.

Productos hechos de materiales libres de sustancias nocivas y que han sido fabricados utilizando procesos respetuosos con el medio ambiente, bajo condiciones de trabajo seguras y socialmente responsables.

 

ECOLABEL

Es una norma gestionada por la Comisión Europea con la colaboración de diversos “organismos competentes” que se dedican a su implementación en los distintos países. Se refiere sobre todo a aspectos medioambientales, como la limitación de ciertas sustancias nocivas y los vertidos de la industria. No regula específicamente el uso de fibras ecológicas, y permite el uso de fibras naturales o sintéticas con ciertas restricciones.

Sellos.

Fair Share

Todos los productos con la etiqueta FAIR SHARE llevan un pequeño sobreprecio que se añade directamente al salario de los trabajadores textiles en la India.

Este pequeño aumento en el precio de la prenda FAIR SHARE permite pagar a los trabajadores más pobres en la fábrica un aumento salarial del 50%. Desde el 2016 todos los trabajadores en la fábrica de fabricación de estos productos en la India reciben una prima adicional en su salario.

La mayoría de los trabajadores textiles está empleada en el salario mínimo legal, que está generalmente por debajo del nivel de salario digno. Los trabajadores ganan cuanto mejor cualificados están y ocupan puestos más altos. Sin embargo, aun así todavía no ganan tanto como necesitan para llevar un nivel de vida digno.

Desde el inicio del proyecto FAIR SHARE en Enero de 2016, todos los trabajadores reciben una prima de sueldo digno con sus salarios mensuales.

 

 

Fairtrade-Comercio Justo.

De alcance Internacional,  es un sello de garantía que funciona como distintivo positivo ofreciendo al consumidor seguridad acerca de los valores éticos del producto. Los productos que llevan el sello Fairtrade han sido producidos en condiciones de trabajo dignas y comprados a un precio justo que apoya el desarrollo sostenible de la organización productora.

 

 

Natureland

Alemania,  todas sus normas se basan en una visión holística, que prioriza la producción sustentable, la conservación de la naturaleza, la prevención del cambio climático, la protección y conservación del suelo, agua y aire, así como la protección del consumidor.

 

Fair Wear Foundation (FMF).

Bangladesh, Bulgaria, China, India, Indonesia, Macedonia, Myanmar, Romania, Tunisia, Turkey y Vietnam. El núcleo de este código se compone de ocho normas laborales derivadas de los Convenios de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos. Esto significa que el Código de Prácticas Laborales de FWF se basa en estándares internacionalmente reconocidos que se han establecido a través de la negociación tripartita.

Pronto saldrá al mercado una nueva App que se llama Ethical Time , para facilitar a los consumidores la compra de productos coherentes con sus valores.

Ethical Time tiene un objetivo claro: hacer más fácil el consumo de moda responsable, y para lograrlo, vamos a crear la 1ª app de moda sostenible. Será totalmente gratuita, y reunirá todas las tiendas y marcas de moda sostenible. En la aplicación podrás encontrar tanto las marcas con tienda física y como también las que únicamente tengan presencia online. Ethical Time.

 

En Bichobichejo estamos comprometidos con el Desarrollo Sustentable, hace ya trece años que comenzamos a cambiar la manera de crear moda, apostando por el uso de algodón ecológico certificado, fabricando de manera justa y ética con ese puntito original que nos diferencia.

 

Te invitamos a hacer parte de nuestro mundo, esperamos que te unas y entre todos logremos un planeta más limpio, sostenible y justo para todos.

¡Bienvenidos al mundo Bichobichejo!!