Los cambios en la producción industrial global están transformando el «campo de juego» y los desafíos sociales y ambientales nos obligan a llegar a un acuerdo para cumplir una Agenda de Desarrollo Sostenible como una meta inaplazable.
Las Naciones Unidas aprobaron en el año 2000 los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que establecían metas en el ámbito de la lucha contra la pobreza, educación, medio ambiente, igualdad de género y salud, que debían cumplirse en 2015. Ya es momento de adoptar nuevas metas más exigentes: los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Se ha invitado a los países de todo el mundo a adoptar este conjunto de objetivos para «acabar con la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible». Cada objetivo ha fijado metas para alcanzar en los próximos 15 años, con acciones que van desde la eliminación de la pobreza, asegurar que la educación esté disponible para todos, hasta promover una agricultura sostenible, poner fin a la pérdida de biodiversidad y asegurar patrones sostenibles de consumo y producción.
Estos objetivos han sido formulados para guiar a la gente en la reparación, el cuidado y la creación de un mundo mejor para las generaciones venideras, y requieren la entrada y cooperación de todos, si queremos acercarnos a ellos. Los objetivos no son sólo para los políticos y los gobiernos, sino también para las comunidades y los individuos.
Todos y cada uno de estos objetivos se pueden aplicar a la industria de la moda; como uno de los mayores empleadores, productores y contaminadores. La moda toca a todo el mundo – desde los que fabrican hasta los que la consumen. Como tal, todos tenemos un papel que desempeñar para garantizar que se convierta en una industria más justa y limpia.
Teniendo esto en mente, nos interesan especialmente los objetivos de «promover la agricultura sostenible» y «proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, manejar de manera sostenible los bosques, combatir la desertificación, detener y revertir la degradación de la tierra y detener la pérdida de biodiversidad».
Esto nos preocupa particularmente porque, con el algodón y el poliéster, que representan más del 80% de la producción mundial de textiles anualmente, estamos en un punto crítico de la disminución de los recursos naturales, el agotamiento del agua y la contaminación, la pérdida de fertilidad del suelo, un uso mórbido excesivo de plaguicidas sintéticos y Fertilizantes y una excesiva dependencia del petróleo para fabricar plásticos, fibras sintéticas y otras. Esto está afectando a comunidades y economías, así como a nuestro planeta y recursos.
Hay muchas alternativas disponibles de materiales que podrían ayudar al cumplimiento estos objetivos, por lo que animamos a diseñadores, fabricantes y vendedores a investigar sobre los que eligen y a preguntarnos cómo pueden ser Más sostenibles.
El más importante, EL CONSUMIDOR, compra una prenda de algodón orgánico certificado GOTS para garantizar los estándares de una producción limpia, busca materiales reciclados y Fairtrade para apoyar la reutilización de residuos y el cumplimiento de normas de comercio justo, respectivamente.
El Reto es inaplazable!